
Hoy nos hemos ido a Berganzo, Araba, cerca de Ocio, donde claramente había que hacerse una foto con el cartel del municipio de Ocio y el pueblo y el castillo detrás. Una vez hecha la foto hemos seguido a por nuestro cometido, que era hacer la ruta del agua, pero nos hemos encontrado con que había que reservar con antelación a través de una aplicación. Hemos intentado la opción online pero estaba completo, así que al final hemos aparcado un poco apartados del pueblo, en una cuneta amplia, junto a la verja de entrada a un terreno. En cuanto nos hemos calzado las botas de monte hemos puesto rumbo al pueblo para comenzar la ruta del agua. Hemos hecho ida y vuelta por el mismo camino porque, según mi padre había visto en los mapas, no merecía la pena hacer el recorrido circular.
El camino es bastante fácil, con muy poco desnivel, y está balizado con marcas azules y blancas. Ha habido un momento en la primera cascada, que se oía ruido por la zona, así que he buscado cómo bajar, ponerme las botas de agua que llevaba en la mochila, para meterme al río, y he cruzado, trípode en mano, para buscar un sitio más despejado para hacer la foto. He tardado bastante en hacerla porque no controlo los tiempos que hay que darle a la cámara, según qué filtros de densidad neutra le pongas. Estos filtros hacen la función de quitar luz, y eso hace que puedas conseguir más movimiento en el agua, consiguiendo un efecto sedoso. Después hemos parado para comer en una campa a la sombra, sobre la manta de Decathlon que siempre llevo enrollada en la mochila. Mientras comíamos le he dicho a mi padre que cuál era el plan, que si había más cascadas o solo había esa. Y él me ha contestado que había que llegar hasta la cascada de las Herrerías. Y para allí hemos ido.
Primero he parado en un salto de agua, algo pequeño, para jugar con las velocidades y un poco más arriba hemos visto una cascada más grande. Ahí, no me ha dado vértigo, porque yo normalmente tengo mucho vértigo. He bajado por un caminito de tierra con polvillo hasta un punto, y he conseguido poner el trípode con cuidado. Poner todos los ajustes de la cámara con semejante cuidado para no caerme, ya que si tocaba el trípode, o yo me movía, adiós. Además he tenido que bajar a ese punto arrastrando el culo porque de pie no se podía. Una vez que he conseguido la foto he pensado, no voy a seguir. Pero mi padre, desde un poco más arriba, se las había ingeniado para hacer la foto en vertical, apoyándose en las ramas de los árboles para no caerse. Después de salir de semejante agujero, y de andar buscando el filtro protector de la cámara, al final lo he encontrado, hemos retomado el camino principal hasta alcanzar la carretera, que hay que cruzar, para llegar a la cascada de las Herrerías.
Os dejo el enlace para hacer la reserva, y, como siempre, la ruta.
Y hasta aqui el post de hoy.
Para reservar click aqui
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