
Como no puedo dormir escucho música clásica con auriculares. Estoy escuchando el concierto para violín de Beethoven, recomendado, como no, por mi tío Fernando, al que le considero como un padre musical, en el sentido de que mi padre es más de jazz, y mi tío, un gran aficionado a la música clásica y a la ópera.
Hoy han venido a comer mis sobrinas mayores con sus padres. Qué suerte tengo de que llegue este momento de verles contentas a las dos, a Sofía y a Natalia. Al principio, cuando Juan y Myri se iban a casar, y luego, cuando dijeron que iban a ser padres, me lo tomaba en plan, en serio, qué viejo soy.
A veces no soy consciente de lo que he hecho en mi vida, por eso mi psicoterapeuta Frades insiste en que monte una película con mis fotos para que me dé cuenta de que he hecho carrera, y así empiece a creer más en mí mismo, ya que dice que hay cosas que me dan mucha vergüenza pero que forman parte de mi vida y que tengo que aprender a vivir con ellas. Recuerdo que antes de ingresar, con mi antiguo psicoterapeuta, le decía medio en broma, que pagar era un timo, porque no era consciente de lo importante que es ir a terapia. Aunque para mí esto suena un poco irreal porque sigo teniendo las sesiones vía skype.
Como hoy en la conversación que hemos tenido este mediodía en la comida sobre por qué no quitan las restricciones, teniendo en cuenta que estamos casi todos vacunados, y yo digo que es por los negacionistas, esas personas que no creen en el virus o creen en otras ideologías, como me explicó mi hermano Borja, el abogado. Le pregunté por qué no hay una ley que obligue a vacunarse a todo el mundo, y me dijo que por libertad de expresión, entonces lo entendí todo.
Y hasta aquí el post de hoy, escuchando el concierto para violín de Beethoven, con la violinista Anne-Sophie Mutter y el archiconocido Herbert von Karajan dirigiendo la Filarmónica de Berlín.
Hasta la próxima.
Las opiniones en los comentarios del post. Y gracias por leerme.
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