Va a empezar 2020 y como cada año es tradición hacer una cena especial para despedir al año anterior. Os voy a contar cómo ha sido para mí este año que ha pasado.
Por una parte ha sido bastante duro porque desde antes de acabar 2019 ya teníamos obras en casa. Para que pudieran pintar la casa nos tuvimos que ir una semana a Madrid, a casa de mi abuela materna, porque había que esperar a que se pudiese entrar en la casa ya que nos estaban quitando hasta el gotelé. Luego ya, una vez terminadas las obras, poco a poco, entretenido volviendo a poner las cosas de mi habitación en orden con algunos cambios a mejor. Mis padres tenían la intención de hacer un comedor en mi antiguo cuarto y así yo me pasaba al que está cerca de la cocina y del segundo baño, que había sido de mis hermanos mayores los gemelos, y que ahora lo dejaba libre mi hermano pequeño al irse a vivir al barrio de Gros. La verdad es que ahora vivo como un marqués, ya que tengo una cama nueva para mi solo y el cuarto como yo lo quiero.
Anteriormente había pasado una temporada muy mala esperando a que me llamasen para un nuevo trabajo , sin embargo ahora estoy encantado. Son gente joven que cuando vas a la oficina te reciben con un abrazo, como es típico en Álvaro, uno del trabajo y luego está Adrián, que es de la cuadrilla de mi hermano Juan y te partes de risa con él. Borja, que siempre tiene una sonrisa en la cara y te ríes mucho porque es el que coge las llamadas, incluso en francés y en inglés, y como no entiendes te ríes. Luego está Martina, la jefa de cocina, que es la que se encarga de dirigir y de cocinar en los eventos. La verdad que es como la película de “8 apellidos vascos” porque ella que es de Granada parece más de aquí que cualquier otro porque en euskera lo dice casi todo. Es una gozada. Y luego está María, mi técnico de seguimiento, que es la que viene para ayudarme un poco y organizarme mis tareas. Es como una madre que está ahi siempre para ayudarte.
Dejando un poco de lado el tema del trabajo quiero agradecer a mis hermanos que siempre me dicen que estoy en mi cueva, en mi cuarto, pero ellos saben que les quiero y que cuando me vaya a un piso con amigos saldré más y el espíritu de la felicidad le vendrá a mi madre por haberme aguantado en casa todas las broncas que he tenido y lo mal que se lo he hecho pasar. Siempre me dice que ella siempre me querrá porque soy su hijo. A mi padre, aunque a veces le incordio en sus dos hobbys; tanto el de la música como el de la fotografía los tengo por él. Menos mal que mi padre insistió en que dejase de pensar en dedicarme a la música, porque en verdad quería ser dj y lo intenté, pero gracias a él vi otro camino. Sí Alex, ya sé lo que estás pensando. Que debería hacer algo con la música ahora que tengo tanto tiempo libre y tanto me sigue gustando. Creo que algo haré en el futuro. Nunca digas de este agua no beberé, como se dice. A mis hermanos los gemelos que, a pesar de mis rifi-rafes con ellos, me lo paso en grande con sus toques humorísticos. A Miguel que me ayuda bastante con las nuevas tecnologías. A Juan porque siempre desde pequeño hemos sido uña y carne y me ha defendido toda la vida. Y a Borja que siempre me llama cada vez que quedan mis hermanos y a pesar de lo que le incordiaba de pequeño. Y aquí acabo porque ya me parecen bastantes aunque quedan mis cuñadas, sobrinas y el que está por venir. Un beso muy grande.
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