
Me pongo a escribir este post hoy que es viernes. El miércoles pasado tuve una sesión con mi psicoterapeuta bastante amena. Fue una terapia muy poco intensa para lo que suele ser a veces, ya que yo soy de los que me canso rápido y soy de los que tiran todo por la borda. Como él me dijo que no me iba a dejar porque es lo mismo que si un médico dejase a un paciente diabético sin sus controles y sin la insulina, pues lo mismo. Me dio para pensar estos días, así que le escribí para ver si teníamos sesión y me dijo que en su disposición estaba que si tuviéramos, y yo le dije que por mi también.
Otra novedad de la semana fue que ayer por fin me pusieron la primera dosis de la vacuna. Iba con miedo por dentro, pero por fuera tranquilo, no por el pinchazo en sí sino por los efectos secundarios que me podría ocasionar, ya que en la tv, en los periódicos, y en todos los sitios hablaban de los efectos secundarios. Y ahí que fui y me puse la vacuna, aunque no esperé los 15 minutos que recomiendan, salí un poco antes. Me pusieron Moderna y mis hermanos habían estado por el grupo de whatsapp pendientes todos los días de si ya podía coger hora para vacunarme. Eso quiere decir, como mi madre me suele decir que importas y que eres uno más. Como me suele decir Frades, con mis más y mis menos. Ahí había estado, antes de ponerme la vacuna, preguntando en el grupo de whatsapp cómo iba a ser todo el proceso. Me pareció que estaba muy bien organizado. Al final, tantos nervios para nada.
Y hasta aquí mi pequeño post de esta semana.
Las opiniones en los comentarios del post. Y gracias por leerme.
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