
Fin de semana primaveral en San Sebastián. Me acuerdo de una vez que estando en casa de mis tíos Pepelu y Begotxu en Pobeña, Muskiz, me dio por dibujar y yo le insistí a mi tío para que me enseñase y vaya que sí me enseñó. Hasta monté un escándalo en el ático de su casa que lo puse todo patas arriba. Eso fue al día siguiente de que mi tío me diera las primeras lecciones, claro.
Recuerdo que era con unas pinturas de cera, las alfombras manchadas, la mesa también, bueno, la lié de campeonato, de hecho el día que tocaba reunión familiar en Pobeña cerraron el ático con llave para que no entrase nadie.
También me dio por los vinilos. Hasta me fui un día a Usurbil porque organizaban mercadillos por los pueblos, y compré unos vinilos de segunda mano, y la mar de contento que vine a casa a ponerlo en el plato de mi padre. Que por cierto también me suena haberlo roto de tanto usarlo, y no hacerlo adecuadamente.
Me viene a la cabeza los paseos que daba cuando iba hasta Gros, a un psicólogo que tenía, haciendo fotos, allá por el 2010-2011. Como mi madre pasaba de recargarme el bonobús me dedicaba a hacer fotos por el camino. De hecho a uno le gustaron tanto mis fotos que me propuso hacer un blog, y vaya que sí se hizo. Se llamaba Marcos detrás de la cámara, el enlace era: ocio.marcos.blogspot.com, y allí subía las fotos.
En aquella época tenía una profesora particular que daba clase en el colegio Marianistas. Un día llovía tanto, y no había nadie en casa que me pudiera recargar el bonobús, así que me pegué una calada de aúpa, y ya, de ahí, decidieron que usase el bonobús los días de lluvia.
Y hasta aquí el post de hoy.
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