
Otro domingo de excursión, esta vez a Larraul para hacer la ruta de las ferrerías. Al principio, como no tenía activado el gps para que el móvil me cogiese la ubicación de dónde estábamos, mi padre tuvo que intuir por dónde empezaba la ruta. Cuando me dijo el nombre del caserío, le dije que al subir a Larraul había un camino con un poste indicador que ponía Larrañaga, así que cogimos una pista asfaltada, con hermosas vistas del valle de Asteasu, hasta llegar a la primera desviación a la izquierda a la altura de un caserío que nos metía de lleno por una zona de pastos y arbolado. Al ver que el móvil no tenía la indicación de que el gps estaba funcionando se me ocurrió activar la ubicacion y a partir de ahi ya tuvimos ubicación en el mapa que llevaba con el recorrido. Bajamos hasta el molino de Urnitegi, lleno de perros muy ladradores por cierto, y salimos a una carretera que comunica con Asteasu, que la continuamos hasta un desvío a mano izquierda. Eso sí, nosotros, aparte del mapa, nos hemos guiado por las marcas verdes y blancas, aunque a veces resultan difíciles de ver.
Al llegar a la altura de una antigua central eléctrica el camino se adentra en el bosque, siguiendo siempre el curso del río hasta dar con las imponentes ruinas de la ferrería de Ybeltz (Ola zahar). Mi padre y yo aprovechamos para comer en las mesas que había en los alrededores. Impresionante camino que sube pasando las ruinas de la ferrería con los árboles y las hojas preciosas dándoles el sol. Nosotros seguimos por la pista que continúa río arriba hasta una señal que indica que el camino verde y blanco se desvía a mano izquierda. Fuimos subiendo poco a poco y con bastante cuidado porque al principio el camino es bastante aéreo y con mucha pendiente aunque luego se va suavizando e incluso tiene pequeños descensos hasta llegar a una casa a medio construir sobre las ruinas de un viejo molino. La bordeamos por la derecha y seguimos el camino. Más adelante hay algún cruce que otro y lo que hay que hacer es seguir siempre derecho. Llegamos a una zona con ganado y seguimos hasta llegar a un zarzal bastante complicado porque se va cerrando y cuando fuimos nosotros estaba justo para pasar. Al final ves que ya te vas acercando a Larraul, alcanzamos otra zona de paso que va al lado de una campa, sigues recto y se ve de fondo un caserío, vas subiendo por la derecha, ya vas viendo Larraul, y dices, ya.
Como me pasó a mí en el valle de Aran, con mi tío Fernando y mi tía Icíar, haciendo quejicas. Que si veían las marcas, que si había que seguir, que cuánto faltaba. Esta vez el mapa lo llevaba yo, lo que pasa es que cuando vi la ruta, vi ferrerías y pensé en mi padre para hacer la ruta, porque ya sé que esos temas le gustan. La ruta tiene algunos puntos con bastante pendiente, si se quiere ir con niños no la recomiendo porque es demasiado sube baja, y tiene algunos pasos difíciles.
Y hasta aquí el post de hoy.
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