Vamos a escribir un poco ya que esta semana no ha sido de las mejores. Como este domingo he estado con mis hermanos en la playa de Ondarreta me viene a la memoria una vez que me escapé de mi madre, cuando tenía 7 años, con un corcho de coger olas me fui hasta el gabarrón, que son las plataformas que ponen en verano en la bahía. Me fui con un corcho, sin licra, ni neopreno, ni aletas y mi madre asustada. Como estaba tomando el sol yo decidí escaparme y vaya que sí me escapé. Se enteró al verme las raspaduras del corcho aquel tan malo que tenía en la tripa. Me duraron una semana, estuve echándome crema hidratante todos los días, así que no volví a escaparme más.
Bueno si, de más mayor me escapé a la isla sin corcho ni nada, pero eso ya lo conté en su momento.
También en la misma playa de Ondarreta, por las mañanas, si coincidía que había marea baja, me gustaba ir a las rocas que hay debajo del Tenis a coger cangrejos. Luego los metíamos en un balde y hacíamos guerra de cangrejos en la arena. Hacíamos un círculo de arena a modo de muro y les poníamos a hacer lucha entre ellos, Una cochinada que solíamos hacer, en las duchas y en los grifos, era hacer caminos con la arena a ver quién conseguía llegar lo más lejos posible. Por qué digo una cochinada, porque utilizábamos el agua con la que se duchaba la gente en la playa.
Y hasta aquí el post de hoy.
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