
Mientras escucho música de Willy Endaya me pongo a pensar en qué voy a escribir en mi diario. Este lunes estuve con mi padre en el parque de Miramón haciendo fotos por lo que es el bosque. Recuerdo una vez, antes de que se transformara en Parque Tecnológico, cuando yo era más pequeño y vivíamos en Bera Bera, en la zona de Aiete, que mis hermanos los gemelos y Ander, que era nuestro vecino, fueron en bicicleta, y mi padre les iba acompañando en su coche para ver si eran capaces de llegar. Lo único que recuerdo es que se propuso el plan y se hizo un sábado, y creo recordar que no llegaron hasta Miramón.
Como cuando fui en bici con mi padre, que quería llegar hasta el nuevo túnel del vial Lugaritz-Amara que estaba en construcción, y aun saliendo de Bera Bera no pude llegar. Y mi padre, venga Marcos, venga Marcos, y yo, que no puedo. Y yo que respiraba por la boca y los mocos colgando, no podía.
También mi prima Begomaite siempre me recuerda cuando fuimos con Juanra, el de ganado de Pobeña, que yo iba con los mocos colgando. Pues eso, que también de esas cosas me vienen miles de recuerdos. Por ejemplo, en el valle de Aran cuando fuimos al lago Baciver, que es de donde cojen el agua para los cañones de nieve. Yo con mis 100 kg, más el trípode, la mochila grande de fotos, gritando a diestro y siniestro que no podía más, y allí que subí. Eso sí, aprendí una lección. Hay que ponerse en forma y luego subir, porque el año que subimos a los lagos de Colomers, subí muy bien. Además ese año iba a la piscina, trabajaba fuera de casa y eso hacía que mi cuerpo se ejercitara más y tuviese fondo suficiente. También subí a montes con mi padre, que hasta entonces eran inalcanzables para mí, como por ejemplo la venta de Ulzama, justamente después de volver del valle de Aran, porque estaba en plena forma.
Como me dijo mi tío Fernando, hay que ponerse objetivos, porque cuando fui con ellos hacía muchas quejicas.
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Un día que subíamos a Sollube desde Ureta, cuando quedaba poco por subir, no podías más porque te dolía la espalda. Te hice un estiramiento colgándote de mi espalda (espalda contra espalda) y te recuperaste fenomenal. A la bajada quisistéis probar el camino que bajaba a Gotzon, y depués me enseñasteis ese precioso rincón que hay siguiendo el camino junto al caserio. Siempre que paso por el sitio donde te estiré la espalda me acuerdo de tí, de aquel día y del rincón que me enseñasteis.
gracias jon la verdad que llevava 100kg encima si fue precioso la vuelta por el camino aquel que conectaba al caserio